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La triste historia de la perra Laika, el primer ser vivo en viajar al espacio

  • Por Meganoticias

Este viernes 3 de noviembre se cumplen 60 años desde que la URSS, en plena Guerra Fría y en su afán por ganar la carrera espacial contra Estados Unidos, envió a la perra Laika a una misión cosmonauta a bordo, como único tripulante, del Sputnik 2. El objetivo: probar la seguridad de estos viajes al espacio exterior para los humanos. 

Laika, entonces, pasaría a la historia como el primer ser vivo en viajar al espacio. Y el primero, también, en no regresar.  

La perra mestiza, que pesaba menos de seis kilos y medía menos de 35 centpimetros de altura, fue recogida de las calles de Moscú y llevada a un centro de entrenamiento, donde fue sometida a múltiples pruebas para asegurarse de que podría soportar las condiciones de los viajes, sólo una semana antes de que el Sputnik 2 estuviera listo para ser lanzado. 

Su tamaño mediano, ya que la cabina era reducida, y su carácter tranquilo la convirtieron en el tripulante idóneo para la misión. Y aunque fue el primer ser vivo en órbita, antes de Laika, tanto estadounidenses como soviéticos enviaron animales a vuelos suborbitales. 

Durante días, Laika debió entrar en compartimentos cada vez más pequeños y su alimentación se basó en un gel especial de alta nutrición, la misma que sería su comida en el espacio. 

Según consignó BBC en 2007, la cápsula espacial en la que viajó se construyó en menos de un mes y no contaba con cápsula de retorno, de lo que se deduce que se sabía que Laika no regresaría a la Tierra tras ese viaje. 

MITO EN TORNO A SU MUERTE

Si bien en 1957 las autoridades soviéticas señalaron que Laika, tras superar el ascenso, estuvo en órbita una semana, fue en 2002 que salió a la luz la verdad: solo sobrevivió entre cinco y siete horas en el espacio y murió producto del pánico y el sobrecalentamiento de la nave