Clínica de Estados Unidos promete "desconectar" a los jóvenes de internet y las redes sociales
Internet se ha convertido en una herramienta indispensable tanto para el trabajo como para la entretención en estos días, y si a eso le sumanos los smartphones de última generación, la experiencia puede ser superior. Pero esto puede volverse un problema si los niños se vuelven adictos a estas tecnologías.
Ante esto, en Estados Unidos hay una clínica de rehabilitación, cuyos padres pagan lo equivalente a 40 iphones X (Unos 36 millones de pesos), para mantener alejados a sus hijos del teléfono.
Paradigm es la clínica ubicada en una mansión rodeada por jardines y cámaras de seguridad en el punto más alto de una colina, a unos 30 km de San Francisco, según informó BBC.
La clínica recibe a niños y adolescentes, de entre 12 y 18 años, quienes son internados por sus progenitores para superar la adicción de internet.
El establecimiento no tiene identificación y el acceso es solo a través de auto. Solo trabaja con ocho jóvenes en simultáneo, con una duración de 45 días, extendiendose a 60 dependiendo del grado de interacción que tenga el joven con el celular. Además trabajan en los factores asociados que son la depresión, la ansiedad y la agresividad.
Lo impresionante de esto es su precio como sus lujosos salones y la bañera de hidromasaje con vista a la bahía: US$1.633 por noche.
Los computadores, celulares, y tablet están prohibidos.
Los computadores solo se usan en las salas destinadas a el reforzamiento escolar, mientras que las redes sociales, aplicaciones de mensajeria y sitios para adultos están bloqueados. El uso es monitoreado por profesores y sicólogos.
En la clínica los horarios están determinados para levantarse, comer, estudiar, y paraticipar en una rutina de terapias colectivas e individuales. La promesa de la clínica es "reprogramar a los jóvenes para que puedan reconstruir su relación con la tecnología y reapromisarse a sus familiares, estudios, amigos y tareas".
"Nosotros los desconectamos. Esa es la regla", sintetiza Danielle Kovac, directora de la clínica. "Yo diría que es un período de ajuste para los niños. Lo mejor es escuchar a muchos diciendo al final del tratamiento: 'Gracias, al no permitir que siguiese con mi teléfono o en redes sociales en una computadora, fui capaz de concentrarme realmente en mí".