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Así fueron las tres semanas de Fidel Castro en Chile

  • Por Meganoticias

El líder de la revolución cubana, Fidel Castro, visitó en dos ocasiones Chile. La primera de ellas en noviembre de 1971 fue un acontecimiento nacional y la primera oficial de un mandatario isleño a nuestro país. 

El gobierno de la Unidad Popular había salido vencedor en marzo y el entusiasmo inundaba las organizaciones políticas. En cada ciudad lo esperaban masivas concentraciones de personas que querían conocerlo y saludarlo.  

La visita ha sido recordada durante la historia debido a una serie de hechos poco usuales que acompañaron su estadía.

El primero de ellos dice relación con su tiempo de permanencia, ya que el exmandatario estaría solo una semana, pero su visita se extendió por 23 días, lo que habría generado más de un inconveniente al Presidente Allende. 

Su extensa visita comenzó a incomodar a algunos miembros de la Unidad Popular, creó tensión en el ambiente político a tal punto que se llevó a cabo la primera "marcha de las cacerolas". 

Castro recorrió diversas ciudades, visitó fábricas, minas de extracción de cobre, tomó pisco, se vistió de huaso, jugó basketball y fue declarado hijo ilustre de Punta Arenas, todo ello, en medio de un supuesto intento de magnicidio por parte de la CIA que fracasó por el temor de sus agentes quienes no quisieron disparar debido al "miedo" que les originaba cometer tal acto. 

Salvador Allende, declaró en dicha oportunidad que al invitar a Fidel Castro interpretaba el anhelo del pueblo de Chile, que había manifestado siempre marcado interés por la presencia del líder cubano. "Cuba es una nación vinculada a la historia de América Latina, Fidel castro representa a una auténtica revolución y queremos intensificar los tradicionales lazos amistosos que siempre han existido entre nuestros países", expresó Allende.

Durante su visita se establecieron las bases de cooperación mutua entre los procesos políticos liderados por ambos mandatarios, la que fueron decisivas para el progreso del socialismo en Chile.

Fue en esta oportunidad en la que Fidel Castro le habría regalado un fusil AK 47 a Salvador Allende, que posteriormente se pensó que era el arma que había utilizado para suicidarse durante el Golpe de Estado. 

Castró dejó el país el 2 de diciembre tras un discurso de despedida en el Estadio Nacional de Santiago que duró cerca de cuatro horas.