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¿Qué dijeron Nabila Rifo, Mauricio Ortega y los testigos? Las claves para entender el caso que conmocionó al país

  • Por Meganoticias

Es una de las agresiones más brutales en la historia policial chilena y, luego del veredicto entregado por el Juzgado de Garantía de Coyhaique, hoy tiene culpable. Es el caso de Nabila Rifo, mujer de 29 años que fue golpeada en su cabeza con un bloque de cemento, golpe que le significó la pérdida de sus ojos.

Los hechos se remontan a la madrugada del 14 de mayo de 2016 -entre las 5:30 y 6.00 horas-, cuando después de una fiesta, la madre de cuatro hijos fue interceptada por un hombre, según la fiscalía, Mauricio Ortega, pareja de la víctima. Horas antes, ellos habían estado compartiendo juntos en un todavía confuso encuentro, ya que las declaraciones de los presentes se contradicen.

Se cree que la reunión comenzó cerca de las 21:00 horas del día 13. En esa instancia, Ortega y Rifo habrían discutido: "A Nabila se le pasan mucho los tragos, me empezó a insultar, a los invitados, se levanta la polera muestra sus senos, estaba sin ropa interior. Eso me molestó pero no le tome mucha importancia (…) Cuando veo esta situación, no le dije nada, casi no cruce más palabras con Nabila, porque cuando está con un poco de bebida no hay diálogo. Yo estaba tranquilo incluso la traté muchas veces de tranquilizar", afirmó el imputado en su declaración. Sin embargo, Rifo indicó que Ortega habría perdido el control, golpeando murallas y electrodomésticos, además de, según aseguró, insultarla duramente y golpearla.

Tras ello, la mujer abandonó el lugar y salió a caminar por Coyhaique. Uno de los puntos que destacó la defensa de Ortega es que en ese lapso de tiempo, Nabila se habría cambiado de ropa, ya que los testigos aseguraron verla con un atuendo distinto al con que se le encontró tras la agresión.

En ese momento, Rifo es interceptada por un hombre. En su primera declaración, la mujer afirmó que era un joven metalero que intentó violarla. Sin embargo, en el juicio oral, afirmó que su ex pareja era el autor de la brutal golpiza.

“Me quería pegar más, pero lo empujé y salí despacio (…) me empieza a decir que vuelva que conversemos, lo esperé un poco porque me dijo que no peleemos, íbamos caminado para arriba y cruzamos una calle, le dije que me iba a ir de su casa porque era insoportable, me doy vuelta y siento que me pega con una piedra en la cabeza, la primera que sentí me llegó a retumbar, la segunda vez también y la tercera quedo inconsciente, el primer golpe me botó al pasto, yo me hice la muerta y no en acuerdo de nada más”, detalló la mujer.

Según dijo, anteriormente mintió para proteger al acusado y por el vínculo que se genera por la existencia de hijos comunes, aspecto propio de la violencia intrafamiliar. Sin embargo, dos testigos del hecho, aseguraron que el agresor no tenía la contextura física de Ortega: "La persona que yo vi, al pararse dos veces, se notaba a lo lejos que era una persona alta y delgada y, con todo respeto al imputado, él es chico y gordo", aseguró el joven de 17 años quien dio aviso a Carabineros de la agresión. Otra menor de 14 años que estaba con el primer testigo reafirmo sus dichos días después: "Es todo lo contrario a lo que nosotros vimos".

Personal de Carabineros inspeccionó el lugar cerca de las 07:35 horas del 14 de mayo. El jefe de la SIP, mayor Roberto Gutiérrez, declaró en el juicio que intentó ubicar cámaras en el lugar que hubiesen podido captar el momento exacto de la agresión, pero que no prosperó. Incluso, respecto de la luminosidad, mencionó que ese día "estaba oscuro y hacía frío". Sin embargo, se lograron identificar unas llaves al lado de la mujer, las que finalmente se demostró eran propiedad de Ortega.

Cerca de las 13:50 horas, los policías van donde Ortega. En su declaración, el suboficial mayor Gutiérrez añadió que mantuvo un diálogo con el imputado, cerca de las 14:00 horas, en el exterior de su domicilio. En relación a la inspección que se hizo de la casa del imputado, el mayor indicó que "encontré que estaba demasiado ordenando para lo que se estableció posteriormente, que fue ingesta de alcohol y baile". Agregó que, alrededor de las 19:00 horas y en calidad de testigo, tomó declaración al imputado.

A las 23:00 horas de ese mismo día, personal de la SIP junto a Labocar ingresó nuevamente al domicilio y, al revisar el segundo piso, escondidos debajo del colchón de la cama donde dormía Mauricio Ortega hallaron una tablet color blanco de Nabila Rifo y dos teléfonos celulares, uno de ella y otro de Ortega.

Finalmente, el 18 de mayo, se determina detener al hombre como único inculpado del caso. Y tras 22 jornadas de juicio oral, el tribunal dictaminó que Ortega es culpable de los delitos de femicidio frustrado y lesiones graves gravísimas.