La nueva vida del cajero quemado en Hualpén: Terminó sus estudios y quiere dar charlas motivacionales
Recuperado y feliz. Ese es el estado en el que dice estar, Pablo Ramírez, el hombre al que le rociaron combustible y encendieron fuego para robar el local de Servipag donde trabajaba en Hualpén en el año 2015.
Se cumplen tres años desde el ataque ocurrido el 29 de julio de ese año, el cual lo dejó con el 30% del cuerpo quemado, y un fuerte compromiso de las vías respiratorias. Pero luego de un año y medio en tratamiento, indica que las secuelas son mínimas.
"Yo debería haber muerto, no debería haber salido vivo de la caseta", señaló Ramírez en declaraciones consignadas por El Mercurio.
Pese a ello, reconoció que mantiene cierto grado de paranoia en su vida diaria, ya que se desvela si escucha ruidos en la noche, mira constantemente el espejo retrovisor de su auto ante cualquier amenaza y le costó mucho tiempo poder ir a cargar bencina porque el olor le traía malos recuerdos.
"No tengo rencor con los autores del delito. Creo que hay un tema de fondo, que es la falta de oportunidades, pero también creo que lograr una condena permite cerrar el ciclo", dijo sobre los responsables del ataque que sufrió.
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El cajero sueña con un cambio de vida, ya que terminó sus estudios de prevencionista de riesgos, por lo que se proyecta con la idea de hacer charlas motivacionales.
"Lo que viví me hace fuerte. No quiero que suene a soberbia, pero ¿qué puede ganarme ahora? Porque lo que me pasó fue muy grave, no sé si haya algo más tremendo. Y si sobreviví es porque soy fuerte. Tengo mucha más confianza en mí mismo hoy", concluyó Ramírez sobre los aprendizajes de la compleja situación que padeció.
