Alimentos de Cuarta Gama, ¿los comerías?
La audaz propuesta comercial llamada de Cuarta Gama es una presentación de alimentos frescos listos para el consumo, pero muchos no se confían.
Las nuevas tendencias en la venta de comida lista buscan simplificar más la tarea del consumidor, incluso al grado de tener absoluta confianza en el producto.
Abrir una bolsa con ensalada lista para servir o comer de una taza de frutas peladas y cortadas supone dejar al fabricante la responsabilidad por la limpieza, la frescura y la calidad. Sin duda se trata de otro nivel en la comercialización de comestibles.
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Se ha establecido una clasificación en Gamas, para identificar el grado de intervención que tiene el fabricante sobre los alimentos, por eso antes de conocer más detalles sobre la Cuarta Gama, aprendamos a identificar esta escala.
Primera Gama: Son alimentos que prácticamente no tiene mayores procesamientos térmicos, solo una refrigeración, como es el caso de las verduras frescas y las hortalizas que, como sabemos, son de corta duración.
Segunda Gama: Las conservas o cualquier otro alimento que se ha tratado para que dure más tiempo, como las aceitunas en aceite de oliva, los pepinillos o las mezclas de verduras en vinagre. Los alimentos de segunda gama se mantienen en envases de vidrio herméticamente sellados. Aquí el tratamiento es la esterilización.
Tercera Gama: Aquí se ubican los alimentos congelados que deben someterse a cocción antes de consumir, como las bolsas de guisantes.
Cuarta Gama: Frutas o verduras lavadas, peladas y cortadas listas para el consumo. Se refrigeran empacados a 4 grados C hasta el momento de su venta.
Quinta Gama: Pizzas, lasaña o cualquier otro alimento que ya fue preparado y cocido. Normalmente se incluyen allí los almuerzos o cenas “rápidas”, que metemos en el microondas y están listos para comer. En esta quinta gama encontramos recetas con quesos, carnes o salsas.
En la cuarta gama, por tratarse de frutas y verduras, hay mayor riesgo a la oxidación, deshidratación o al deterioro del PH de las hojas, por eso es importante mantener intacta la cadena de frío. Sin embargo estos productos de alto consumo en el mundo desarrollado vienen garantizados por los estándares de higiene en sus procesos de selección, lavado, empacado y presentación.
Su éxito está en la casi nula existencia de registros por intoxicación, alergias o enfermedades asociadas a la contaminación por su consumo, todo un reto para las marcas y las cadenas de distribución.
