Cinco consejos para cuidar el pie diabético
Cuando nuestra sangre posee niveles inadecuados de glucosa se suelen dañar los vasos sanguíneos y los nervios, especialmente los ubicados en las extremidades.
Los pies sufren más por estos descontroles, ya que la poca sensibilidad y una mala circulación sanguínea apuntarán a la formación de úlceras, que son heridas de muy difícil curación.
Normalmente estas lesiones se producen en la planta, los nudillos de los dedos o cerca de un hueso, y por tener una curación muy lenta o nula, puede generar daños mayores al pie.
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Hay síntomas que pueden alertarnos para buscar ayuda médica a tiempo y poder manejar la situación de manera exitosa:
- Hormigueo y calambres
- Pequeñas heridas que tardaron mucho en curarse
- Falta de sensibilidad
Si el médico certifica que se está en presencia del llamado pie diabético, lo que sigue es la prevención.
Para ello el mercado dispone de muchos artículos de apoyo, además de rutinas sencillas que evitarán cualquier daño por accidentes o descuidos.
Por ejemplo sigue estos cinco pasos:
- Usa calzado cómodo, con suela de goma, preferiblemente de piel. Acompaña con medias de algodón también muy suaves. Evita caminar descalzo.
- Lava y seca muy bien la piel de los pies, sin talcos ni cremas.
- Ante un calzado nuevo, primero úsalo en casa hasta conocer qué tan cómodo está. Coloca apósitos o pequeñas pegatinas especiales para evitar el roce.
- No cortes las uñas, prefiere limarlas, se logrará el mismo efecto sin riesgos de cortaduras.
- Los podólogos son expertos en limpiar los pies en tratamiento, acude a manos especializadas si quieres sacar callos o uñeros.
Recuerda que un mal manejo del pie diabético puede llevar a la amputación después de complicaciones dolorosas y muy limitantes para el paciente.
La clave es conjugar la higiene con un buen calzado y supervisión médica para llevar una vida normal.
