¿Limpias con cloro? Mira lo que puede causar si no lo usas con cuidado
Descubierto en el siglo XIX, el cloro ha sido utilizado en diversas actividades humanas como un poderoso desinfectante, pero su toxicidad puede llegar a dañar la salud si se usa sin las debidas precauciones.
El cloro es un gas perteneciente a la familia de los halógenos. Aunque es abundante en el planeta, en la naturaleza no se encuentra en estado puro, sino que se detecta mezclado en el agua marina, en salinas o en algunas plantas. Para extraerlo se requieren procesos artesanales o industriales.
En países donde la calidad del agua es muy precaria, el cloro debidamente administrado se utiliza para limpiar el agua de consumo y evitar casos de gastroenteritis, hepatitis y otras enfermedades.
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En el hogar, en tanto, el cloro es uno de los productos más usados para blanquear la cerámica de baños, cocinas, telas, etc.
El cloro puede ser el causante de la tos crónica, de ataques de asma, alergias y otras enfermedades respiratorias. Es un poderoso irritante de las mucosas. Observa si después de tener contacto con cloro, se presentan estos síntomas, pues es posible que estemos inhalando este gas.
Existen casos en que el contacto prolongado con el cloro produce vómitos y lesiones en el aparato respiratorio, malestar general, dolor de cabeza y sofoco. Si debes hacer la limpieza, deja las puertas y ventanas abiertas, asegura que el ambiente esté ventilado y evita permanecer mucho tiempo en contacto con este producto.
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Cubre tus manos con guantes. El contacto con la piel puede provocar reacciones, urticaria o sensación de quemadura.
El cloro es un producto que debe usarse solo cuando sea necesario y no diariamente, pues tiende a afectar la salud. Prefiere la dosis de cloro para la limpieza de baños y cocinas una vez al mes, como si se tratara de un refuerzo a la higiene diaria.
