Comentario de Actualidad: Vladimir Putin, crónica de un líder impopular
La figura de Vladimir Putin comenzó a estar en la primera línea de la política risa desde que en 1998 Boris Yeltsin lo eligiera como Primer Ministro basándose en su lealtad como empleado de Gobierno.
Al poco andar, Yeltsin anunció su dimisión y Putin se convertiría en Presidente interino, un cargo que le serviría de trampolín para fortalecerse como un referente interior del país. Desde ese instante, nunca más dejaría el Kremlin.
Durante un largo período, el apogeo económico se asoció con la imagen de Putin. Sin embargo, comenzaron a emerger aspectos negativos que taparon el rostro amable del Gobierno. Las acusaciones sobre malas prácticas empezar a apuntar contra los líderes del país.
Si bien en su último programas de Gobierno presentado a inicios de 2012 Putin establece que el principal problema es la corrupción sistemática, lejos de buscar soluciones, ha sido aval de controversiales leyes que buscan eliminar las protestas, restringiendo la libertad de reunión y aumentando las multas contra quienes se manifiesten.
Por esto, la lenta reacción del Gobierno frente a las graves inundaciones que vive el país han servido nuevamente para cuestionar la capacidad de Putin como el líder de Rusia.
