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Palos de escoba y lavatorios: Cómo Feliciano Palma gestó la "estafa del siglo" con Lozapenco

  • Por Meganoticias

Fue en abril de 1990 cuando se reveló la que, hasta ese entonces, constituyó la estafa más grande contra el Estado de las que se tenía registro. ¿El responsable? Un empresario llamado Feliciano Palma, quien a través de su compañía Cerámicas Lozapenco, defraudó las arcas fiscales en más de US$ 46 millones de la época, equivalentes a unos US$ 85 millones aproximadamente en la actualidad. 

Sin embargo, dicha compañía no era su único proyecto. Palma, conocido como un solidario hombre de negocios, se transformaba además en propietario del Club Deportivo Lozapenco, representante de la comuna Penco y que en 1989 se coronaría, incluso, como campeón de la Tercera División de fútbol, logrando el anhelado ascenso. Un año antes de que detonara el apocalipsis del empresario, su compañía y, por supuesto, el mentado club.

Fue la presencia de efectivos del Servicio de Impuesto Internos (SII) y de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI, la notificación tácita para Palma de que se acercaba el fin de su fraude. Esto desembocó en su salida del país el 18 de abril de 1990 por el paso fronterizo Pino Hachado, pese a tener una orden de arraigo vigente. Argentina, Brasil y, finalmente, Estados Unidos, fueron sus destinos posteriores.

¿CÓMO FUNCIONABA EL FRAUDE?

A través de la empresa Agrícola y Forestal Penco, Palma comenzó a exportar palos de escoba a Estados Unidos, facturando un precio de comercialización que estaba cerca de triplicar el precio real de estos. En los registros que entregaba a aduanas de Chile, los artículos se vendían a precios que bordeaban los 50 centavos de dólar, cuando el precio real llegaba, a lo sumo, a 20 centavos. Otro ejemplo son los lavatorios con pedestal que, supuestamente, vendía a US$ 152, cuando realmente lo hacía a US$ 11.

La situación fue advertida luego de que desde aduanas de Chile se le consultara a sus pares estadounidenses respecto a los precios de estos artículos, quienes descartaron su veracidad y revelaron los verdaderos montos en que se vendían.

La inflación de estos valores le permitía a Palma recibir la restitución íntegra del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de dichos montos falsos, lo que constituía un ingreso promedio mensual de US$ 2 millones. Tras ser descubierto, Lozapenco quebró y dejó a cerca de 1.600 de personas cesantes.

Una vez en Estados Unidos, el prófugo Palma intentó emprender nuevamente, realizando los trámites para abrir una empresa de loza en Pennsylvania. No obstante, tras ser alertados de las órdenes de detención vigentes en Chile, agentes del FBI detuvieron al empresario el 31 de julio de 1991. Luego de pasar 8 meses recluido, sería extraditado en febrero de 1992.

ENTRADAS Y SALIDAS

El primer veredicto condenatorio en contra de Palma, que data de 1994, dictó un total de 11 años de cárcel, por los delitos de fraude al fisco y evasión de impuestos. Dos años más tarde de la condena y tras ser beneficiado con libertad diurna, el empresario sería nuevamente arrestado por la exportación de programas informáticos sobrevalorados. ¿A dónde? Nuevamente Estados Unidos.

Tras recuperar su libertad en 2001, el fundador de la desaparecida Lozapenco volvió a estar tras las rejas en 2003, luego de intentar cobrar un cheque falso. En 2013 nuevamente sería aprehendido, en virtud de la  deuda de una multa de $30 millones, impuesta a raíz de los delitos tributarios cometidos.

Hoy, Palma enfrenta un nuevo procedimiento judicial luego de que la Fiscalía de Alta Complejidad Centro norte solicitara la formalización del ex empresario por el delito frustrado de estafa, otro de uso de instrumento público falso y también de instrumento privado mercantil falso en contra de las empresas Gasco, Banco Santander y Banco HSBC. La instancia se fijó para el próximo 24 de marzo.