El potente relato del sobreviviente del aluvión en Villa Santa Lucía: "giraba y saltaba en el lodo"
La imagen es impactante. Un hombre envuelto en lodo es trasladado a caballo a una zona segura. Era uno de los habitantes de la Villa Santa Lucía, que horas antes sufrió un violento aluvión.
La escena se retrató en una foto que se viralizó en redes, dando cuenta de lo grave de la situación. Desde el Hospital de Puerto Montt, donde se encuentra internado en la Unidad de Cuidados Intensivos, el sobreviviente relata su experiencia.
"Ese día nos levantamos con mi mujer a las siete y media de la mañana para trabajar", relata al diario Las Últimas Noticias el hombre identificado como Sebastián Aránguiz Arévalo, de 33 años, que se dedicaba con su pareja a repartir almuerzos a empresas cercanas.
"Íbamos a Sacyr, que está ubicado en la villa. Yo estaba en el patio echándole combustible al vehículo y sentí un temblor fuerte, como si un montón de caballos vinieran en estampida hacia mí llevándose a su paso árboles y casas. Levanté la vista y vi todo el lodo viniéndose encima mío", añade.
Fue así como alcanzó a abrir la puerta y gritar "¡ayuda!" sin éxito. "Enseguida explotó mi casa, vi cómo se desintegró. Yo giraba y giraba, saltaba en el lodo, anduve debajo de la tierra, pensé que me iba a morir: me estaba ahogando. Gritaba por ayuda. De repente, no sé cómo, logré salir a la superficie y agarrar un árbol. Luego me paré en un palo y avancé. No sé de dónde saque fuerzas para salir del barro".
Tras salir, el sobreviviente avanzó un kilómetro, estima, y se encontró con Rosarino Castro, un caballero oriundo de la zona. "Él andaba en caballo y vio cuando yo era arrastrado por el barro. Junto a su hijo me sacaron y me subieron al caballo para llevarme a una parte segura".
Actualmente Aránguiz es tratado por presentar contusiones múltiples y fractura de clavícula y costales.
"Yo llegué a vivir a la villa hace seis años, a trabajar como faenero. Luego me fui un año y volví. Ahí conocí a mi pareja. Ambos trabajábamos en una empresa y decidimos independizarnos y hacer el negocio de los almuerzos (...) deseo con todas mis fuerzas que ella esté bien, pero no sé nada".
