Testigo boliviano: Cangri decía que "trabajaba hace mucho tiempo en el tráfico de drogas"
En una entrevista exclusiva con Mucho Gusto, el boliviano Narciso Villca Esquivel, “Lulo”, reveló los detalles de los momentos previos a la muerte de Sebastián Leiva, "Cangri" y Germán Gundián en el desierto altiplánico. El hombre indicó que un sujeto chileno que iba en la camioneta, del cual desconoce su nombre, fue quien quiso robarse el vehículo y que los obligó a bajarse apuntándolos con un arma.
1. ¿Cómo usted llega a esa camioneta?
Por un contacto chileno, por el señor Áxel Díaz, no sé si es su nombre verdadero, pero está en Facebook con ese nombre. Yo quería retornar a mi país porque había ido a buscar trabajo, pero como no tenía efectivo para mi estadía allá, por eso busqué un medio para regresar.
2. ¿Quién se contacta con usted y cómo es que en definitiva se sube a la camioneta?
Llamé al señor Áxel para que me diera un contacto para volver a Bolivia. Yo estaba con todos mis documentos al día, no tenía nada ilegal. Me subí al auto sin ningún temor porque yo pensé que estaban saliendo a Bolivia, pero no imaginaba que era por un paso no habilitado.
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3. Cuando se sube a la camioneta, ¿qué hablaban las personas que iban en el interior?
Alejándose de la ciudad empezaron a hablar sobre cosas de contrabando y de tráfico de armas, cosas de drogas. Ahora entiendo qué es internación de vehículos. El señor Gundián con Sebastián “Cangri”, según ellos trabajaban hace mucho tiempo en el tráfico de drogas. En San Pedro, Sebastián (Cornejo) le pregunta (a Gundián) ‘cómo puedo obtener un arma de nueve’, yo no entiendo qué es eso. Ahí, el otro le dice que es más barato en Brasil y el flujo para traerlo es de Bolivia hasta Chile, porque hay menos el control”.
4. Tuvimos acceso a la cámara de seguridad de la Copec de San Pedro de Atacama. ¿Quién es la persona de contextura gruesa?
El señor Sebastián Cornejo, él venía manejando desde una parte del camino. De Calama hasta la mitad del camino hacia San Pedro manejó el famoso, ese Sebastián "Cangri". De ahí se subió el otro a manejar, porque el otro empezó a fumar marihuana (el Cangri), yo me recuerdo bien. Por eso el otro se subió al volante y llegó manejando el señor Cornejo.
5. ¿Cuánto maneja el Cangri?
Él maneja hasta la mitad, cuando ya salimos en San Pedro al sector de la circunvalación, entonces, vinimos hacia el cruce a la exaduana y donde sale a Hito Cajones, y se pasaron de largo, entonces yo les pregunté si estábamos yendo a otro lugar porque no era el adecuado para salir. Entonces entramos nuevamente a la población y salieron por otro camino. Se embarrancó el auto y todos ayudamos a sacar el vehículo y de ahí se subió otro chofer, nuevamente el otro Sebastián (Cornejo).
6. ¿Al lado suyo quién estaba?
El otro, el que se había subido conmigo en Calama. No sé su nombre, solamente que el señor Áxel es quien decide subirlo a último momento. Después se refirió a que era su hermano.
7. Luego de sacar el auto ¿siguen avanzando?
Terminamos de subir y fuimos por la orilla de las montañas y salimos a una pampa, ahí había una camioneta volcada. Como el camino no es bueno fuimos con calma. A 150 metros de esa camioneta, el señor Gundián pregunta al chofer si puede 'echar la corta', así dijo. Ahí el otro señor actúa y saca su pistola y apunta al chofer, 'bájate' (le decía), entonces yo también me estaba bajando y se da la vuelta y me apunta: ‘Tú no, tú no puedes bajarte’.
8. ¿Usa esa arma?
No, solo le apunta, solo lo amenaza y el señor que estaba al costado, el famoso, bajó rápidamente. Entonces para salvar sus vidas bajaron rápidamente.
9. ¿Qué te obliga a hacer?
A manejar el vehículo, porque según él no podía hacerlo, no me quedaba de otra. Lamentablemente, lo siento mucho, yo no ando en esos planes. Ahí sentí temor, yo venía casi en shock.
10. ¿Qué pasó con la camioneta después?
Seguimos manejando. Él venía en el asiento de atrás y parece que hurgando las mochilas, no me fijé porque mi vida peligraba. Cuando llegamos vi una camioneta roja.
En ese momento y ya en Bolivia, Villca decidió continuar y escapar porque pensó que era una emboscada, por lo cual aceleró y siguió avanzando. Pero cuando quiso bajarse, el otro sujeto apuntándolo lo obligó a seguir conduciendo. Por lo rocoso del camino, se pinchó una rueda. Finalmente avanzó hasta cierto punto, dejó el vehículo y arrancó hacia la montaña.
