Descubren que niño contrajo grave enfermedad mental tras sufrir el arañazo de su gato
Un pequeño de 14 años sufría de fuertes alucinaciones, además de arrebatos violentos y esquizofrenia, junto con intentos de asesinar a su familia.
El hecho, que comenzó en octubre de 2015, dejó un trauma en una familia que tuvo que internar a su hijo cuatro veces en 18 meses, debido a la pérdida del control de la realidad. Incluso era un estudiante dotado y socialmente activo antes de sus síntomas, pero de un día para otro se volvió psicótico, deprimido e incluso homicida y suicida.
Pero un estudio reveló hace poco la increíble razón por la que el pequeño casi pierde la razón: el arañazo de un gato.
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Un caso publicado por la Revista de Enfermedades del Sistema Nervioso Central reveló el caso del niño, quien se contagió de una terrible infección tras ser agredido por un felino.
La familia del menor visitó a varios psiquiatras y médicos, pero fue hospitalizado varias veces y no pudo seguir yendo a la escuela, causando que su madre dejara de trabajar para estar con él a tiempo completo. Pero además desarrolló un temor de que sus mascotas, dos gatos y un perro, lo mataran, por lo que la familia se vio obligada a deshacerse de ellos.
Tras diagnosticarle esquizofrenia, los antisicóticos no funcionaron. Pensaron que tenía encefalitis autoinmune, una condición en la que las células inmunitarias del cuerpo atacan el cerebro, pero los inmunosupresores tampoco ayudaron. Fue ahí cuando descubrieron una especie de estrías en varias partes de su cuerpo.
Tras siete meses de exámenes tras este hallazgo, los doctores dieron con la causa: la bacteria Bartonella henselae, la que se contagió tras el arañazo. Un equipo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, liderado por el veterinario Ed Breitschwerdt, logró dar con una cura antibiótica específica, comenzando un largo y doloroso tratamiento recuperativo.
En los humanos, la Bartonella henselae causa la "enfermedad del arañazo de gato" con síntomas de fiebre, ganglios linfáticos inflamados y fatiga que generalmente desaparecen dentro de un mes, incluso sin antibióticos. Sin embargo, Breitschwerdt explicó a Gizmodo que hay evidencia emergente que muestra que B. henselae y otras especies de Bartonella a veces pueden causar problemas mucho más graves en las personas.
