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Game of Thrones 8x04: La última guerra y las cosas que hacemos por amor

  • Por Meganoticias

El cuarto episodio de la última temporada (8x04) de Game of Thrones fue emotivo y sensible, revisando las consecuencias de la "Batalla de Winterfell" y las preparaciones para el gran final.

Los mensajes para la gran guerra por el Trono de Hierro ya fueron enviados por Cersei Lannister, mientras que Jon y Daenerys preparan sus fuerzas para la última guerra.

El histórico enfrentamiento, incluso más impresionante que el con los Caminantes Blancos, pondrá cara a cara a las fuerzas que definirán el futuro de Westeros.

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¡ATENCIÓN! SPOILERS PARA TODOS QUIENES NO ESTÉN AL DÍA CON GAME OF THRONES A CONTINUACIÓN

Con el Rey de la Noche derrotado, las fuerzas que se recuperan en el norte pueden enfocarse en obtener el Trono de Hierro.

Tras llorar y enterrar a los muertos, al intentar restablecer el orden entre las filas Targaryen y Stark surge una gran duda: ¿Daenerys seguirá defendiendo su derecho al trono o definirá junto a Jon Snow quien debe ostentar el título de monarca de los Siete Reinos?.

Jon entregó un sentido discurso antes de prender fuego a las piras fúnebres de los dothraki, inmaculados y norteños, que dieron sus vidas para vencer a los Caminantes Blancos.

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Daenerys ve con desconfianza a su sobrino Jon, por lo que tras interrogar a Gendry respecto a su padre, Robert Baratheon, entrega un discurso sobre el "asesino" que usurpó el trono Targaryen, pero da un giro inesperado.

Pese a ser un bastardo, como único descendiente de la casa de los ciervos, Gendry fue nombrado Lord Baratheon y Daenerys ganó otro aliado, un plan que no pasó desapercibido para Sansa.

El éxtasis post batalla descontrola las emociones en Winterfell y Gendry declara su amor a Arya, le pide matrimonio pero se desilusiona rápidamente: "No soy una lady, nunca lo he sido, esa no soy yo".

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Por su parte, Jamie Lannister cumple el deseo de miles de fanáticos y tiene un tierno encuentro con Sir Lady Brienne de Tarth.

Daenerys pretende conversar con Jon Snow a solas, pero tras una rápida demostración de amor, le ruega entre lágrimas que no le cuente a nadie su verdadera ascendencia.

La nobleza de Jon le impide hacer caso ciego a su solicitud, asegurando que "tu eres mi reina, nada cambiará eso. Y ellos son mi familia", asegurando que debe decirle la verdad a Sansa y Arya.

En la mesa de estrategia se planifican los próximos movimientos de cara a la última guerra por el control de Westeros. La intención es dar un golpe directo a King's Landing, pero Sansa se opone por un motivo lógico: los dragones y soldados deben descansar.

Daenerys lo ve como un insulto e indisciplina por parte de la mujer que ya dejó en claro que no someterá al norte a la nueva reina, desatando la desconfianza entre las mujeres Stark y la autoproclamada reina Targaryen.

En una reunión de la manada de lobos, Sansa y Arya dijeron que no están de acuerdo con el plan de Daenerys, mientras Jon se encuentra complicado y deja en manos de Bran el revelar su verdadera herencia.

Pese a que sus hermanas prometen no comentar que es hijo de Raeghar Targaryen y Lyanna Stark, en una conversación en la que Tyrion busca convencer a Lady Stark de aliarse con Daenerys, ella le confiesa que hay un mejor candidato: su medio hermano... o primo en realidad.

El ejército de la reina Targaryen emprende un aparentemente calmo viaje hacia Dragonstone, pero el vuelo de dragones se ve interrumpido por la nueva y mejorada ballesta de Qyburn, que derriba a Raeghal.

Euron Greyjoy ataca los navíos de Daenerys, obligando a sus ocupantes a huír nadando hasta la costa. Pero hay una integrante fundamental de los asesores de la madre de los dragones que no se encuentra por ningún lugar: Missandei.

Es ahí cuando finalmente conocemos el plan maestro de Cersei, quien busca resguardar y proteger a su gente en la Fortaleza Roja para dejar a la última mujer Targaryen como una sangrienta conquistadora que disparó fuego contra los inocentes.

"No se convierta en lo que se ha esforzado en derrotar" es la advertencia de Lord Varys, "si hay cómo evitar una masacre hay que intentarlo" agregó Tyrion, pero una furiosa Daenerys está determinada a atacar.

"Que sepan a quien culpar cuando el cielo les caiga encima", es su respuesta, accediendo sólo a exigir la rendición de Cersei antes de destruir todo en King's Landing.

La inminente caída de Daenerys generó dudas al león dorado Jaime, quien decidió alistar su caballo y abandonar el norte, asegurando que "Cersei es aborrecible, y yo también" a Brienne, cuando ella intentó convencerlo de que es un buen hombre.

Daenerys no estaba dispuesta a llorar otra muerte y fue en compañía de Tyrion, Varys y unos pocos inmaculados a enfrentarse a Cersei.

La intención de que ella se rindiera no provocó nada, en quien se sabe poseedora de un ejército poderoso y una ciudad rodeada por una fortaleza.

La apelación emocional de Tyrion pareció surtir efecto, pero era solo una ilusión, pues sin piedad Cersei le dice a Missandei que elija sus últimas palabras.

"Dracarys" es lo último que se escuchó de la boca de la chica de Naath, antes de ser decapitada por La Montaña. Ahora es seguro, la madre de dragones dejará caer su furia aunque no sea la mejor estrategia.