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El drama de las embarazadas que sufren anorexia

  • Por Meganoticias

La protagonista de esta historia tiene 17 años y más de 8 meses de embarazo, pero es especial. Desde niña sufre trastornos alimenticios y, aunque está muy feliz de ser mamá, está preocupada. “Me va costar tenerlo, porque como soy flaca y la guagüita va a ser un poco grande...”, nos cuenta.

 

“Desde los 4 meses que estuve hospitalizada. Sentía ganas de engordar por mi bebé y me daba rabia e impotencia que yo como harto y le pongo empeño para subir de peso y no me resulta”, agrega la joven madre.

 

La obsesión por ser flaca puede derivar en conductas extremas como la anorexia, un trastorno alimenticio en que la afectada deja de comer hasta que su salud se deteriora quizás irremediablemente. Una enfermedad delicada y doblemente peligrosa si la mujer está embarazada.

 

“Ellas tienen alterada la visión de su cuerpo y, obviamente, están muy reticentes al aumento de peso. Por el embarazo, se va transformando su estética por el aumento del abdomen, y ellas también lo toman mal”, explicó Lorena Muñoz, ginecóloga de Clínica Las Condes.

 

“El peor escenario es que sea tal el nivel de alteración del crecimiento del bebé en el útero que ponga en riesgo la vida de la guagua”, agregó la especialista.

 

Es por esto que el rol del ginecólogo puede ser clave. “Estas mujeres han recibido mucho más presión. A veces por parte del médico, para evitar trastorno de obesidad en el embarazo o diabetes gestacional, se les está diciendo que se cuiden, se les pesa mucho más, hay un control más rígido”, afirmó la psicología Camila del Solar.

 

“Lo que he visto en mi experiencia, es que hay mujeres lo viven con mucha ansiedad y las que han tenido antecedentes de trastornos alimenticios pueden desarrollar conductas de riego en el embarazo. Por ejemplo, recurren a vómitos que no son propios del embarazo, sino que más bien por miedo a engordar”, agregó.

 

Es por esto que médico tratante debe indagar más y evaluar los antecedentes psicológicos de sus pacientes.

 

“Cuando era más chica había tenido un problema de peso, casi de anorexia, pero nunca con tantos vómitos. Es que no me daban ganas de comer. Por ejemplo todos estábamos almorzando algo rico y no me daban ganas. Pero nunca me he podido dar cuenta por qué me pasa esto”, nos cuenta la protagonista de esta historia.

 

Pero sí sabe bien que le hace daño, por eso es importante detectar a tiempo los síntomas de una anorexia, porque el embarazo puede llevar a una mujer cuidarse más y así superar esta enfermedad, esta lucha que hoy da sin tregua esta joven mamá.

 

(Reportaje de Maritxu Sangróniz)