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Brasil encara una difícil normalización tras huelga de camioneros

  • Por Meganoticias

Agencia AFP

Los brasileños esperan a partir de este lunes un progresivo retorno a la normalidad después de una huelga de camioneros que durante una semana paralizó al país y comprometió la capacidad de iniciativa del presidente Michel Temer, a pocos meses de las elecciones de octubre.

Líderes de los transportistas se dijeron dispuestos a levantar los bloqueos de rutas que se extendieron por todo el territorio de este país de dimensiones continentales, después de que Temer anunciara medidas para atender sus reivindicaciones, entre ellas la rebaja del precio del diésel.

Nota

"Pienso que el asunto está resuelto, el camionero (...) también quiere terminar ese movimiento", dijo José da Fonseca Lopes, presidente de la Asociación Brasileña de Camioneros (Abcam), una entidad que había rechazado la "tregua" pactada la semana pasada por otras organizaciones gremiales con el gobierno.

Temer movilizó el jueves a las fuerzas armadas para asegurar el abastecimiento de combustibles de aeropuertos y de gasolineras, pero el efecto de esa polémica medida fue limitado.

 DIFÍCIL RETORNO A LA NORMALIDAD 

Incluso en caso de que los camioneros levanten todos los bloqueos, la normalización de las cadenas productivas de la mayor economía latinoamericana llevará semanas, sino meses.

La Asociación Brasileña de Proteína Animal informó que unos 64 millones de pollitos y aves murieron por falta de alimento y otros mil millones estarían en peligro, al igual que 20 millones de porcinos. 

Normalizar el aprovisionamiento de raciones podría demandar hasta dos meses, según estimaciones de expertos.

La Asociación Nacional de Hospitales Privados indicó que a partir de este lunes muchos establecimientos "no podrán garantizar la continuidad del cuidado de los pacientes que necesiten tratamiento si no se adopta alguna medida inmediata".

Algunas estaciones de servicio comenzaron a ser abastecidas después de la intervención de las fuerzas armadas, pero inmediatamente se formaban filas kilométricas de vehículos para aprovisionarse.

 TEMER CON TODOS LOS FRENTES ABIERTOS 

Entre las medidas anunciadas por Temer el domingo, figura la reducción de 46 centavos de real por litro de diésel durante 60 días, y luego una revisión mensual de precios, y ya no diaria, como lo hacía la estatal Petrobras hasta la semana pasada, cuando estalló la crisis.

El promedio del precio del diésel pasó de 3,356 reales en enero (574 pesos chilenos) a 3,595 reales el 19 de mayo, antes de la huelga. Alcanzó un pico de 3,788 reales (646 pesos chilenos) el 26 de mayo, en el sexto día de paro.

El mandatario anunció igualmente la suspensión del cobro de peajes sobre los ejes de los camiones vacíos en las carreteras federales, estatales y municipales y una tabla mínima de precios de fletes.

Cabe ver cuál será este lunes la reacción de los mercados, ante medidas que parecen distanciarse cada vez con las políticas de ajuste; el saneamiento de los déficits fue la razón de ser del gobierno desde que Temer reemplazó en 2016 a la mandataria de izquierda Dilma Rousseff, destituida por el Congreso.

Las concesiones hechas el miércoles pasado, que incluían una reducción de 10% durante quince días del precio del diésel a la salida de las refinerías, hundió en un 14% las acciones de la estatal Petrobras.

El conflicto social dividió a los aliados de Temer, entre quienes insistían en la defensa de los equilibrios fiscales y quienes se mostraron proclives a ceder a las reivindicaciones.

Esas polémicas se producen en un contexto de precampaña de las elecciones del 7 de octubre, en las cuales los brasileños elegirán al reemplazante de Temer, un presidente con una aprobación que ronda el 5%, y renovarán el Congreso.

Las tensiones podrían exacerbarse si los datos de desempleo muestran el martes un cuarto empeoramiento consecutivo en abril y si los del crecimiento económico del primer trimestre confirman mediciones previas que anuncian un enfriamiento de la actividad.

En 2017, el PIB brasileño creció un 1%, después de dos años de recesión.